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domingo, abril 27, 2014

Sin duda lo que se vivió en Malecón Tajamar fue algo sensacional.

Un festival de música sin precedentes en Cancún que reunión a una gran cantidad de personas que tomaron un espacio público y lo convirtieron en una fiesta. A pesar del calor de la tarde que se fue transformando con la brisa de la laguna Nichupté, todo fue una experiencia única.
Las bandas comenzaron a sonar desde el mediodía y la gente fue llegando desde ese momento, algún entendieron inmediatamente la mecánica del evento, escoger el escenario más adecuado para divertirse al ritmo de la música que fue cambiando de genero según la agrupación en turno. Muy poco criticaron la selección de bandas y no faltó el perdido que acompañó al metiche para ver que sucedía pero la mayoría nos dedicamos a fluir al compás de la ocasión. Momento de rencontrarte con amigos, vecinos, compañeros de trabajo y cualquier cantidad de personajes que compartían el común denominador: sentir buena música.  Demostraron que la apatía de los quintanarroense no es mayor que el entusiasmo de muchos que estuvimos hasta pasadas las 12 de la noche.
No puedo comentar que banda fue la mejor recibida pues cada una además de reunir a un buen número de sus seguidores fue evangelizando a nuevos feligreses que ya están siguiendo su propuesta. Dos escenarios que se transformaban constantemente dando poco tiempo para recargar el entusiasmo que no se vino abajo en ningún momento.
Esto puede volver a suceder en distintos puntos de Quintana Roo, pues fue evidente que la gente se comportó a la altura de cualquier evento similar donde la convivencia y el intercambio de ideas fueron sumados a la buena organización hicieron del #212RMX un parte aguas en la historia de la música en Quintana Roo.
Felicidades a los organizadores, a la autoridades que permitieron esto, a los patrocinadores que confiaron, a los voluntarios que compartieron su tiempo, pero sobre todo a las bandas que brindaron a la gente algo más que su música.

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